18 diciembre, 2009

Las cestas de Navidad


Se puede titular las cestas de navidad, o las comilonas, o las cacerías, o los coches, o los viajes, o las señoritas o señoritos de compañía...


Yo la verdad es que lo de los trajes no lo había oído hasta ahora y si lo pensamos bien, es aún más sofisticado que todos los que he enunciado antes. Porque el donante certifica absolutamente que el receptor está en connivencia, es decir, que no ha ido a tomarse medidas en un descuido o porque se encontrara en estado catatónico o sonámbulo. En fin, que acepta la dádiva de buen gusto.

El hombre, y como consecuencia el empresario y trabajador por cuenta ajena, es libre de dar y recibir regalos. De hecho, excluyendo a los empresarios y a los que trabajan por cuenta ajena, sólo quedan los autónomos, parados, niños o gente que no quiere trabajar o ni se lo plantea que pocos o ningún regalo profesional reciben; y lo que no podemos negar es que estos regalos se compran, se dan y se reciben.

Los códigos éticos de las empresas pueden decir misa y cualquiera puede dar un regalo al que estima.

El problema se plantea cuando, y sólo cuando, el regalo se da o se ofrece a alguien a quién no se estima. Cuando es así el regalo sólo puede tener un objetivo, y éste es obtener un servicio, acción o regalo de importe al menos igual al regalo que se dona. En este caso, el emisor está claro que no actúa de buena fe y se cuelga a la chepa el cartel de CORRUPTOR. En cambio, el receptor puede actuar de buena fe al recibirlo, puede sentirse estimado sin más y puede agradecer el detalle, independientemente del precio del bien, ya que éste en este caso es una simple medida de la estima que el donante siente por él.

El problema grave se produce cuando el receptor sabe a ciencia cierta que el que le envía el regalo no le estima. Aquí caben tres opciones, dos éticas y una tercera que cuelga del cuello del que la realiza el título inequívoco de CORRUPTO.

Se puede en este caso, como decía:

1.- Devolver el regalo o no aceptar el servicio, pero normalmente esto supone un esfuerzo físico o argumental, o un desembolso económico, por pequeño que sea, para restituir el bien o no aceptar el servicio y además se trata de un esfuerzo para con una persona que sabes que no te aprecia.

2.- No devolver el regalo o aceptar el servicio, con lo que se evita una explicación para rehusarlo, pero en ambos casos sin agradecerlo ni en el propio acto, ni con las contrapartidas esperadas.

3.-Aceptar regalo o servicio y agradecerlo verbalmente y con las contrapartidas esperadas por el emisor.

Casuísticas que claman al cielo son hacer regalos a uno de tu misma empresa o grupo con el dinero de la empresa, salvo que formen parte de un plan de remuneración del personal aprobado por la empresa; solicitar servicios o bienes a los proveedores, que sabes seguro que no te van a cobrar; derivar trabajos a proveedores y/o familiares, que normalmente realizan empleados de tu empresa o proveedores más capacitados; regalar bienes de la empresa, sin deducirlos justificadamente del inmovilizado o stock; contratar servicios o comprar bienes a proveedores exigiendo comisiones particulares a cambio, pegarte un homenaje a costa de la empresa sin que ésta se entere, pasando los consiguientes gastos con otro nombre o denominación…

Todo esto se puede hacer a oscuras o con luz y esto no influye en lo narrado hasta ahora. La empresa que yo conozco utiliza las dos fórmulas: en la central, en Navidad, preparan una gran, gran habitación, donde los ínclitos depositan los regalos y los otros ínclitos van a recoger sus regalos, obtenidos de personas que les estiman o no, a la vista de todos. En la periferia no hay habitación, pero si hay cestas.

Por supuesto, la estima se debe considerar en la mayoría de los casos profesional y esto  no  modifica tampoco nada de lo dicho hasta aquí.
Una vez establecida la teoría objetiva, creo yo, sobre las cestas, cada uno que se aplique el cuento, aunque como la mayoría tendemos a auto-exculparnos a continuación doy varias preguntas que pueden ayudar a la autoevaluación.

1. ¿La persona que me estima ha conseguido la dirección de envío del regalo personalmente o por medios indirectos?

2.- ¿El servicio ofrecido me lo ha ofrecido la persona que me estima directa o indirectamente?

3.- ¿Todos me estiman?

4.- ¿Me acuerdo del regalo o servicio a lo largo del año?

5.- ¿Mantengo lo más oculto posible lo que he recibido?

6.- ¿Me recuerdan que me han dado un bien o servicio, aunque sea en forma jocosa?

7.- ¿Cuento con estos regalos para mantener mi nivel de vida?

8.- ¿Soy corrupto?

9.- ¿Soy corruptor?

10.- ¿Quién soy?


10 noviembre, 2009

La Red


Supongo que todo ha sido producto de la avaricia...

En el siglo pasado la relación Marca / Red era del tipo "win, win" que dicen los eruditos del marketing, es decir, ganamos todos. Toda una estrategia de marketing envolvía la venta: programas para incrementar la fidelidad, eventos, presentaciones, test de fiabilidad y técnicos, promociones y viajes, objetivos exigentes pero asequibles y sin dobleces, predisposición para colaborar, producción de sistemas que ayudaban al Concesionario en la gestión...

En este siglo, fruto de la avaricia, como decía antes, la Marca se ha creído omnipotente, ha pensado que la tecnología le permitía ser monopolio y ha pasado del "win, win" a sólo "wind", viento, la palabra se la lleva el viento.

Así no les ha importado llenar las campas de los Concesionarios de vehículos nuevos, con la famosa frase: échame una mano y no te preocupes, que ya te ayudaremos a venderlos. Ese no te preocupes ya te ayudaremos a venderlos, que estaba basado en el extra descuento sobre el extra descuento, de pronto dejó de servir. Ya nadie compraba nada ni con extra descuento y la Marca cambió de frase por otra: Si no pides vehículos, no te doy extra descuento, y ante el caos y exceso de existencias que la nueva política estaba creando, la Marca se erigió en salvadora de la Red, con una nueva frase: No te preocupes, que aunque nadie da crédito, yo te lo procuro con la simple garantía de tus propiedades. Y a los Concesionarios se los está llevando el viento.

El ancla que era la postventa, se ha debilitado, ya no tiene gente de peso y aquí no ha sido la avaricia, que también, sino el egoísmo y es así que la Marca, o sólo la postventa, piensa que la postventa es la que soporta y da de comer a toda la empresa, y surgen nuevas frases antológicas: ventas ha vendido el vehículo inapropiado, el cliente ha llevado la avería a extremas consecuencias o ha pasado de vueltas el motor, fábrica no ha mantenido el vehículo en stock como se debe, los clientes de la financiera abusan del contrato de mantenimiento y reparación. Los Concesionarios engañan a la Marca imputando averías a la garantía que no lo son. O esa frase excelsa: cuando pierdes un litigio de postventa en el juzgado, la avería la paga ventas, no postventa.

Menos mal que los vehículos de ocasión se venden al peso y en lote, sin gastarse un duro, o un pavo, en su adecentamiento, aunque luego alguien de dentro, de peso, se queje de que el valor de nuestro usado es inferior al de la competencia. Y menos mal que la financiera ya no financia a los clientes "Premium" que le eran presentados por el departamento de ventas.

La red no existe, la Marca ha roto la red y lo peor es que la gente de la Red, sin red, acaba en casa sin empleo por la avaricia de unos y de otros.

Tú sabes como reparar la red y la Red, tú sabes utilizar la aguja o el huso, anudar y tejer, para que la Marca aprenda o se acuerde de "win win" y que tus palabras no se las lleve el viento.

¿Debatimos?


29 octubre, 2009

Sumisos, ineptos y deshonestos


Ramón se quedó un poco aturdido, no sé por cuál razón causa o motivo había nombrado a la bicha, cuando en anteriores conversaciones que tuve con él daba la impresión de no llevarse muy bien con el ínclito (supongo que bicha no será igual que Giulio, pero espero que ínclito sí).


-Bueno, lo del seguro pase, pero lo de las actas es muy grave –Me dijo.

-Bueno Ramón, pues si crees que lo del seguro puede pasar, efectivamente, como decías antes, me encuentro en otro mundo muy distinto al vuestro -Repliqué.

-Y yo le he dicho a Giulio que el seguro no funcionaba, y he firmado las actas con anotaciones en contra de su decisión y firma, y le he expresado mi opinión, y le he dicho que no manteníamos el contrato de mantenimiento y reparación en nuestros contratos de renting, que así no se podía trabajar con Luis -El de la posventa y de la guardería, que se ha dedicado a despedir a todos los ángeles: tres -, y tantas otras cosas que todo un director general comercial como tú, no ha podido decirle.

Apabullado y sonrojado acertó a decir: << Es que no todos somos perfectos como tú>>.

Tenía que haberlo supuesto, ya me había dado otros indicios anteriormente, como cuando me dijo: << La persona que ha puesto Franco (un vicepresidente de la empresa), que no es el de Ferrol, que debe ser el de Langreo, porque es Minero y no caudillo, parece buena, porque sabe que para vender hay que hacer ciertas cosas>> o como cuando …


27 octubre, 2009

Deja aquí tu cita favorita


"Lo importante no se puede contar y lo que se puede contar no es importante"  Sabino Fernández Campo

23 octubre, 2009

Litigios


No es necesario ir a juicio. Si tenéis algún litigio, este es el lugar donde dirimirlo y analizarlo. Nuestros lectores os darán su opinión y podremos resolverlo.


"Hablando se entiende la gente"

Sesión de control de la guardería


Todos los miércoles podéis incluir en esta entrada las cosas que los jefes han hecho y no deben volver a hacer. Las valoraremos y estableceremos un vademécum de consulta rápida para ellos. ¿Que os parece?.


"Lo bueno si breve dos veces bueno"

Inauguración


Hoy acababa el plazo para que se pronunciase la Consejera de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid sobre el recurso de alzada que habíamos interpuesto.

Hay que celebrarlo, pues nos lo han desestimado y esto nos da más de un año para dedicarnos a este blog.


"la felicidad consiste en no querer que pase el tiempo, ni pensar en que el tiempo no pase"

28 septiembre, 2009

Sumisos, ineptos y deshonestos


Crónica de un despido anunciado

Después de entretenerme en nuestra empresa más de 32 años de los 47 que llevo dando tumbos por la vida, un día soleado de Julio a las once de la mañana me llamó por teléfono un jovencito recién llegado desde el país transalpino, donde le habían formado o deformado, ¡vete a saber!, en el sutil arte de gestionar los recursos humanos; aunque creo, por lo que he oído, que ya debía venir bien formado de otra empresa llamada Termomix. Yo tengo una máquina con ese nombre y os puedo garantizar que calienta, tritura y mezcla a las mil maravillas.


Alvarito, que así se llamaba este mozalbete, me requería por teléfono para que me presentara en su despacho, ese despacho de la planta noble donde, previamente y por orden de otro imberbe, habían hecho construir un “WC” no hacía mucho tiempo. Allí se encontraba él, serio, impertérrito, de pie a setenta y cinco centímetros de la mesa redonda de uno diez y formica marrón, que hacía las veces de mesa de reuniones, manteniendo las distancias cuál avezado púgil en medio de un combate más.

-¿Soy uno de los trece no? -le pregunté...

Bloggero novato


Llevo toda la mañana intentando colocar en el blog el primer borrador del libro que vamos a escribir entre todos, cada vez estoy más cerca, un poco de paciencia.