28 septiembre, 2009

Sumisos, ineptos y deshonestos


Crónica de un despido anunciado

Después de entretenerme en nuestra empresa más de 32 años de los 47 que llevo dando tumbos por la vida, un día soleado de Julio a las once de la mañana me llamó por teléfono un jovencito recién llegado desde el país transalpino, donde le habían formado o deformado, ¡vete a saber!, en el sutil arte de gestionar los recursos humanos; aunque creo, por lo que he oído, que ya debía venir bien formado de otra empresa llamada Termomix. Yo tengo una máquina con ese nombre y os puedo garantizar que calienta, tritura y mezcla a las mil maravillas.


Alvarito, que así se llamaba este mozalbete, me requería por teléfono para que me presentara en su despacho, ese despacho de la planta noble donde, previamente y por orden de otro imberbe, habían hecho construir un “WC” no hacía mucho tiempo. Allí se encontraba él, serio, impertérrito, de pie a setenta y cinco centímetros de la mesa redonda de uno diez y formica marrón, que hacía las veces de mesa de reuniones, manteniendo las distancias cuál avezado púgil en medio de un combate más.

-¿Soy uno de los trece no? -le pregunté...

Bloggero novato


Llevo toda la mañana intentando colocar en el blog el primer borrador del libro que vamos a escribir entre todos, cada vez estoy más cerca, un poco de paciencia.