09 julio, 2010

Aniversario


Hace un año y un día que una gran multinacional decidió despedir a trece personas para salvar la empresa.

Transcurrido ese periodo se ha demostrado que la empresa en cuestión no ha tenido pérdidas desde entonces: "hemos conseguido mantener los números negros" ha dicho algún dirigente en alguna entrevista pública.

Por consiguiente, la decisión de la empresa fue acertada, con trece despidos consiguieron salvar los números del año.

Y la decisión del comité de empresa, que aceptó los despidos, también fue buena, no sabían a quien estaban despidiendo ni les importaba pues estaban consiguiendo algo a cambio.

Esperamos que la próxima decisión también sea buena, ya que todas las decisiones que toma el ser humano son las mejores que puede tomar en función de todos los elementos que conoce.

"A buen entendedor con pocas palabras basta"  Popular



14 febrero, 2010

Pongamos cada uno nuestro granito de arena


Gracias Academia por tu comentario en el último pasaje del libro que he publicado.

Me ha gustado tu observación preguntándote si todas las personas que dicen “en todos los sitios es igual”, han estado en todos los sitios y me da pie para divagar o razonar sobre este aspecto, que a ti te da pena:

Muchas veces con mis hijas debatimos sobre si los colores que ven ellas son los mismos que veo yo, si el rojo que yo veo no será visto blanco por ellas. Pero no lograremos demostrar esta diferencia jamás, porque los tres lo llamamos rojo o tal vez azul y así nos entendemos aunque quepa la posibilidad de que sea verde. A pesar de todo esto, todos sabemos lo que está bien y lo que no.

Lo que pasa aquí no pasa con todas las personas, pero sí con muchas. Hay personas que lo hacen mal, pero no podemos decir en alto que lo hacen mal, porque forman parte del poder establecido y te destrozan, hay otras que lo hacen mal pero no lo sabemos aún y por supuesto las hay que lo hacen mal y se sabe y se dice y no pasa nada. También hay personas que lo hacen bien, pero que no lo pregonan a los cinco vientos, no hacen proselitismo de su buena conducta, ni dan ejemplo, ni se les conoce, y por último hay personas que lo hacen bien, que ya se sabe y se conoce y que por este motivo el sistema no es que las respete, pero las permite.

Como verás este sistema, en mi opinión y en la de muchos analistas, periodistas, intelectuales, personas de la calle…, tiende a poner en la cúspide a personas sumisas, que aceptan sin rechistar la opinión del líder para seguir dentro del propio sistema. Así el modo de organización actual tiende a poner en lo más alto a personas gregarias, que no ostentan otras virtudes individuales dignas de enunciar, o lo que es lo mismo personas ineptas, salvo para moverse en las tempestuosas aguas del poder establecido. Y por último esta gran maquinaria ha desarrollado y propagado los argumentos necesarios para repetir hasta la saciedad que los que no se aprovechan de su posición, siendo personas deshonestas, son unos tontos del haba, que los que no aceptan regalos son seres poco sociables, que los que denuncian las corruptelas son unos chivatos (esto más en los sistemas no anglosajones).

En fin tienes razón, todos no han estado en todos los sitios, pero nadie dice que en todos los sitios la gente es honesta, apta y consecuente con sus pensamientos, por lo que habrá que luchar por cambiar este punto de vista o seguiremos siendo muchos con el mismo mal, es decir tontos.

El resto, la gente normal, les hemos dejado que dirijan la sociedad, las empresas, la política, el nombramiento del poder judicial,  los partidos, las listas únicas, los dictados de la moral y ahora no sé si vamos a poder volver atrás, pero hay que intentarlo. 

Si nos seguimos despreocupando, tal vez acabemos con nuestros hijos estudiando una carrera del tipo: "forrología y extorsión", "ingeniería del pelotazo" o cursando alguna asignatura en primaria como "educación para medrar" o "formación profesional para el acceso a Gran Hermano". Como decía Vicente en el primer comentario que tuve en este "blog", no podemos aceptar el "darwinismo" social que impera en estos tiempos, donde el grande se come al chico y donde valores como solidaridad, justicia, bondad etc. empiezan a estar mal considerados.

08 febrero, 2010

Capítulo VII - De la segunda salida de tono del que humildemente escribe.


Es curiosa la trampa en la que nos enredamos las personas que no atendemos a la sumisión, a la ineptitud, a la deshonestidad.

Puedes explicar las tropelías de tus superiores a tus compañeros y pensarán que les tienes envidia. Lo puedes contar a los superiores de tus superiores y pensarán que puenteas a los inmediatos y que si es así, ¿que no harás en un futuro con ellos si te atienden y te ascienden?, si es que no aprovechan para jugar a lo de “poli” bueno y “poli” malo, creo que algo así podría haberme sucedido con Ramón y Giulio. Lo puedes contar a tu círculo de amigos y familiares y pensarán que estás loco, que exageras, que esas cosas no pasan.

Ahora si hablas con algún compañero, alguno te pregunta si lo que diga va a salir en el libro, sin entender quienes son los que se lo merecen y quienes no, otros te escriben desde un ordenador personal, no en el sentido de desde un “pc”, sino de desde casa o a lo mejor desde un “ciber”, vete tú a saber, porque saben que los de arriba controlan las comunicaciones. Y las controlan hasta tal punto que tú no eres quién eres, para los del más allá, tú eres otro distinto. Ese otro distinto a quién no merece la pena ni dar audiencia. Si queréis saber quienes son los de arriba os recomiendo la película El único testigo (sobre todo para las mujeres) y si queréis saber porqué somos otros distintos, os recomiendo La Red (sobre todo para los hombres, aunque no es para tanto).